El principal empuje de Ana Cristina Hidalgo, CEO de Lab XXI, para empezar su empresa social fueron sus hijos. Ella piensa que la educación del Ecuador debe transformarse impulsando las habilidades blandas como parte del currículum educativo. Así, el país se puede convertir en un diferenciador de quién es, no solo en ser más productivos, pero también en ser más humanos.

El siglo XXI está saturado por la tecnología. Hay menos conversaciones y más mensajes de texto, hay menos momentos físicos compartidos y más fotos en plataformas digitales. Sin embargo, las habilidades sociales nunca se volverán obsoletas.

“El que tenga confianza en sí mismo es la persona que contratas,” manifiesta Ana Cristina, “Esas son las destrezas que necesitan nuestros estudiantes y colaboradores; sin embargo, no existen en el sistema educativo. Priorizamos el currículum y nunca las destrezas sociales de liderazgo, creatividad, empleabilidad y empatía”.

Crear una empresa social con enfoque educativo siempre estuvo en el corazón de Ana Cristina. Desde que hacía su maestría sabía que en algún punto iba a dedicar su vida profesional a cambiar el futuro de los millones de jóvenes que no trabajan ni estudian.

A los jóvenes emprendedores les hace cuestionarse por qué dejar un trabajo estable con todos los beneficios de la ley por algo que está echado a la suerte. Pues ella lo hizo, ahora su empresa no solo es rentable pero también tiene un gran impacto en los jóvenes ecuatorianos.

“Para emprender, hay que encontrar la motivación dentro de tu estómago para seguir adelante y con fuerzas. Es preguntarse ¿qué es lo que necesito para sentirme feliz y qué es lo que necesita mi país? Esa respuesta es lo que me motiva.”

También recuerda que es importante que un emprendimiento nazca de una necesidad. El de ella fue que 20 millones de jóvenes no trabajan ni estudian. En el Ecuador significa 1 de 4 jóvenes, y un tercio de ellos sí tiene un título de bachiller. Antes de que nazca Lab XXI ella se preguntó, ¿qué está pasando y cómo podemos resolver esto?

Lab XXI tiene la respuesta en sus programas. Estos se enfocan en fortalecer las habilidades sociales del siglo XXI para crear agentes de cambio en los jóvenes ecuatorianos y así puedan tener un impacto positivo en su comunidad.